La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, pronunció el 1 de enero de 2025 un discurso en el que expresó su esperanza de que la próxima administración del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, esté abierta a un «diálogo constructivo y amistoso» y que no tome «represalias innecesarias» contra los migrantes hondureños, quienes, según ella, aportan significativamente a la economía estadounidense.

Castro también advirtió que, en caso de que el nuevo gobierno estadounidense implemente deportaciones masivas de hondureños, su administración reconsideraría la presencia de bases militares de Estados Unidos en Honduras, específicamente la base de Palmerola ubicada en Comayagua.

Además, anunció que, en su calidad de presidenta pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), convocará junto con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a una reunión de cancilleres en enero para abordar el tema de la migración y expresar solidaridad con países como Haití y Cuba.

Este discurso ha generado diversas reacciones en la comunidad internacional, especialmente en relación con las futuras políticas migratorias de Estados Unidos y su impacto en las relaciones bilaterales con Honduras.