
La viuda de Alfredo Landaverde, Hilda Caldera, reaccionó ayer con la afirmación de que en Honduras los narcos hacen lo que quieren, tras la confesión del exalcalde de Copán, Amílcar Alexander Ardón Soriano, quien admitió haberle pagado al capo Wilter Blanco para matar al zar antidrogas, general Julián Arístides González y Alfredo Landaverde.
«Aquí estamos los familiares de Alfredo Landaverde, esperando que la justicia se haga aquí en Honduras y no como un favor de Estados Unidos. Mi esposo siempre decía que el narcotráfico todo lo compra, y sobre todo compra a los políticos y operadores de justicia», declaró Caldera.