
Con casi 4.000 km2, el iceberg antártico llamado A23a tiene aproximadamente tres veces el tamaño de la ciudad de Nueva York.
Según el glaciólogo Oliver Marsh, del British Antarctic Survey, es raro ver un iceberg de este tamaño en movimiento, por lo que los científicos seguirán de cerca su trayectoria.
A medida que gane velocidad, es probable que el colosal iceberg se lance hacia la Corriente Circumpolar Antártica. Esto lo dirigirá hacia el Océano Antártico en una trayectoria conocida como “el callejón de los icebergs”, donde se pueden encontrar otros de su clase flotando en aguas oscuras.
