Era esperable que Denver Nuggets superara a Los Ángeles Lakers en la final de la Conferencia Oeste de la NBA. Se trataba de los favoritos y los mejores de esa zona durante la temporada regular. Que «barrieran» 4-0 no era tan previsible, pero así fue tras el 113-111 de la noche del lunes.

LeBron James hizo todo lo que estuvo a su alcance para evitar la eliminación. Se despachó una noche sensacional con 40 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias, y con solo cuatro segundos sentado en el banco. Nada de eso sirvió para su propósito.

A los 38 años y con dos décadas en la NBA, la derrota puede marcar el último partido profesional de James, tal cual él mismo lo reconoció tras el encuentro. 

«Veremos, veremos… Veremos lo que pasa más adelante. No sé, no sé. Tengo mucho en lo que pensar, siendo honesto, tengo mucho en lo que pensar. Personalmente, sobre seguir adelante con este juego, tengo mucho que pensar», aseguró el máximo anotador en la historia de la liga y dueño de cuatro títulos de campeón.

Posteriormente, en una conversación con un periodista de ESPN, el jugador fue aún más claro sobre sus palabras y le subrayó que se refería a la posibilidad de retirarse de cara a la próxima temporada.

Los medios estadounidenses se refirieron a que una despedida anticipada del «King» podría significarle perder US$ 50 millones de dólares, pues le queda un año más de contrato con los californianos. 

También se mencionó la posibilidad de no poder materializar su sueño de jugar profesionalmente junto a su hijo Bronny, quien podría estar disponible para entrar a la NBA para la temporada 24-25. En todo caso, se señaló que podría volver del retiro para cumplir este objetivo.

LeBron James remeció con sus dichos al campeonato de básquetbol más importantes del mundo y de seguro se transformará en uno de los principales temas de conversaciones en las próximas semanas y meses, quizás por sobre el equipos que se lleve la corona.