
El telescopio, construido por la NASA, la agencia espacial europea (ESA) y la agencia canadiense, superó todas las expectativas con la imagen -con un detalle y una resolución sin precedentes- de SMACS 0723, una región con un enorme cúmulo de galaxias.
“Va a mostrarnos cosas que ni imaginamos”, augura Macarena García, científica del proyecto para Space Telescope and Science Institute y astrónoma de ESA.
El telescopio funciona en el infrarrojo y puede ver objetos fríos, muy lejanos u ocultos tras el polvo. Esto no solo ayudará a estudiar el universo primitivo, la evolución de las galaxias, el ciclo de vida de las estrellas y la composición de otros mundos, sino que ha abierto una nueva era en la investigación astronómica.