La designación de la MS-13 como grupo terrorista por parte del presidente Donald Trump marca un precedente que Honduras no puede ignorar. Analistas advierten que el país debe fortalecer su estrategia de seguridad.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump de designar a la Mara Salvatrucha MS-13 como grupo terrorista genera un impacto que trasciende fronteras.
Honduras, un país que ya enfrenta grandes desafíos en materia de seguridad, ahora está en la mira de Estados Unidos para definir su postura y acciones frente a esta amenaza.
Analistas consultados por tunota.com advierten que el gobierno hondureño debe prepararse para evitar sanciones similares a las impuestas a México y reforzar su compromiso en la lucha contra el crimen organizado.
Con determinación o bajo presión
El criminólogo Gonzalo Sánchez es claro en su análisis: Estados Unidos no dará marcha atrás en su ofensiva contra estas estructuras y Honduras no puede quedar al margen.
“Trump ha demostrado que va con todo contra estos grupos y Honduras debe actuar en la misma línea. Habrá operativos conjuntos y el país no puede darse el lujo de mostrarse indiferente. Más que nadie, Honduras está comprometida a seguir las mismas políticas”, advierte Sánchez.
Nelson Castañeda, abogado y director de Seguridad y Justicia en la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), coincide en que la MS-13 evolucionó de una mara común a una organización criminal transnacional.
“Eso obliga a Honduras a redefinir estrategias de seguridad para este 2025 y los próximos años. La buena noticia es que si Estados Unidos cataloga a la MS-13 como una amenaza prioritaria, puede haber una colaboración más activa”, explica.
El tratado de extradición, según los expertos, jugará un papel clave en esta lucha. No solo se perseguirá a los miembros activos de la organización, sino también a aquellos que tengan vínculos directos o indirectos, incluyendo políticos y empresarios.
“Si Estados Unidos los cataloga como terroristas, pueden ser juzgados allá. Honduras, bajo el tratado, debe colaborar activamente. Esto no solo es una obligación diplomática, sino también una oportunidad para el país”, enfatiza Castañeda.
El peligro del «efecto cucaracha»
Un temor latente entre los analistas es que la presión de Estados Unidos contra las estructuras criminales provoque un “efecto cucaracha”, desplazando a estos grupos hacia Honduras.
“Las organizaciones criminales buscan operar en países con sistemas de justicia débiles. Si en México enfrentan una ofensiva intensa, pueden trasladar su operación a Honduras”, señala Pérez.
Gonzalo Sánchez es más contundente: “Esto ya ha pasado antes. El crimen transnacional se adapta y se mueve rápidamente. Si Honduras no refuerza su sistema de justicia y seguridad, podría convertirse en un refugio ideal para estas estructuras”.
La solución, según los expertos, es fortalecer la cooperación internacional, aumentar la capacidad operativa de las fuerzas de seguridad y demostrar voluntad política para enfrentar el problema de manera frontal.
Honduras, entre la presión y la oportunidad
El futuro de Honduras en su relación con Estados Unidos dependerá de las decisiones que tome en los próximos meses.
La presión de Trump es innegable, pero también hay oportunidades si el país demuestra compromiso en la lucha contra el crimen organizado.
“Si Honduras se alinea con la estrategia de Estados Unidos y fortalece sus instituciones, podría recibir apoyo y evitar sanciones económicas. De lo contrario, podría enfrentar consecuencias”, concluye Graco Pérez.
La lucha contra el crimen organizado ya no es solo una cuestión interna; es una pieza clave en el tablero de la política de Donald Trump. Y Honduras está en el centro de esa partida.