
En el colorido y bella ciudad conocida como la “Novia de Honduras”, la Unidad Departamental de Prevención-01 (UDEP-01), llevó a cabo una jornada de siembra de árboles, con el fin de formar suelos fértiles, evitar la erosión, captar agua de los acuíferos, evitar la escorrentía del agua de lluvia, la frescura del ambiente como también la generación de óxido y nutrientes.

Y es que desde hace muchos años la naturaleza ha sido víctima de la tala indiscriminada de árboles, el arboricidio, se ha convertido en uno de los negocios más rentables en la zona atlántica debido a la biodiversidad de la que goza.
Sin embargo, Atlántida no es la excepción, y pese a los operativos y toda la disponibilidad humana que se hace para tener siempre vigilada la flora en el departamento, existen personas que, sin remordimientos, ni sentido de pertenencia, talan árboles sin tener en cuenta el daño ambiental que ocasionan.