En un vídeo publicado en las redes sociales de la Policía Militar, se detalló que los familiares de los privados de libertad podrán comunicarse al número 2234-6444, extensión 38, de la Unidad de Protección de Derechos Humanos del Instituto Nacional Penitenciario (INP), donde se les brindará información sobre su familiar.
De acuerdo a Coello, «los traslados se realizan bajo los mecanismos de protección de la integridad de los privados de libertad», por lo que los familiares podrán recibir la información respectiva sobre sus parientes.
«La finalidad (de los traslados) es mantener el orden, el control y una correcta gobernabilidad de los centros penales. Es una misión que se nos ha asignado y se realizará con el mayor compromiso y profesionalismo», explicó el portavoz de la Policía Militar.
Traslado de pandilleros
Las autoridades de Honduras trasladaron este martes al menos 1,628 presos de alta peligrosidad a dos cárceles de máxima seguridad, «La Tolva«, en Morocelí, El Paraíso (oriente) y «El Pozo«, en Ilama, Santa Bárbara (occidente), en el marco de la operación Fe y Esperanza lanzada por el Gobierno luego de la matanza de 46 mujeres el 20 de junio en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), en Támara, a las afueras de Tegucigalpa.
Según el INP, 802 reos de la pandilla Barrio 18 fueron trasladados bajo «fuertes medidas de seguridad» desde «El Pozo«, hacia «La Tolva«, y 826 pandilleros de la Mara Salvatrucha (MS-13) desde «La Tolva» hacia «El Pozo«.
«El Pozo» y «La Tolva«, con capacidad de 2,000 internos cada una, fueron construidas para albergar sobre todo a cabecillas de la Mara Salvatrucha (MS-13) y el Barrio 18, las más temidas pandillas criminales que siembran el terror en Honduras, Guatemala y El Salvador, que en conjunto conforman el Triángulo Norte de Centroamérica.
Control de las cárceles de Honduras
El Gobierno hondureño tiene previsto construir una cárcel de máxima seguridad en las Islas del Cisne, en el Caribe del país, para aislar a corruptos, narcotraficantes y jefes de pandillas.
Según informes oficiales, los reos peligrosos, pandilleros, narcotraficantes y sicarios, entre otros, han ordenado crímenes de reciente y vieja data desde el interior de las cárceles de ciudades como Tegucigalpa y San Pedro Sula.
Un día después de la matanza en la PNFAS, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ordenó la intervención de las prisiones por parte de la Policía Militar y lanzó la operación Fe y Esperanza.
Al menos 1,105 armas de fuego de diverso calibre y unos 23,925 proyectiles fueron incautados durante la operación en las 25 cárceles del sistema penitenciario de Honduras.
Lo hallado en el interior de los centros penales hasta ahora «es apenas el 10 por ciento», según el titular de la PMOP, Ramiro Muñoz, quien recalcó que mientras él esté al frente de la Policía Militar los privados de libertad «no volverán a controlar las cárceles».
Según el mandato de la presidenta hondureña, durante un año la PMOP deberá «reclutar, capacitar y formar» por lo menos 2,000 nuevos custodios de centros penales, en cumplimiento de la Ley del INP.
