
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) elaboró un plan de contingencia para reducir sus capacidades de detención y, como resultado, liberar a miles de inmigrantes, según una fuente familiarizada con las propuestas. Ocurre en momentos de un grave déficit presupuestario en el marco de un pedido de la Casa Blanca de fondos suplementarios que está estancado en el Congreso.
En el último año, el Departamento de Seguridad Nacional ha tenido que hacer frente a un número récord de inmigrantes en la frontera entre EE.UU. y México, lo que ha agotado los recursos y fondos federales y ha motivado un pedido de la Casa Blanca de US$ 14.000 millones para financiar la seguridad fronteriza en el marco de una solicitud más amplia vinculada a la seguridad nacional. Este suplemento preveía US$ 7.600 millones para el ICE.
El presidente Joe Biden ha implorado repetidamente al Congreso que le proporcione más recursos para hacer frente a la situación en la frontera entre EE.UU. y México, culpando a los republicanos de no hacer más.
«Renunciar a soluciones reales justo cuando más se necesitan para hacer juegos políticos no es lo que el pueblo estadounidense espera de sus líderes. El Congreso tiene que actuar para darme a mí, al secretario Mayorkas y a mi administración las herramientas y los recursos necesarios para hacer frente a la situación en la frontera», dijo Biden en un comunicado el martes, criticando a los republicanos por haber aprobado en la Cámara de Representantes un juicio político a Alejandro Mayorkas.
Según la fuente, el ICE, la rama del departamento encargada de hacer cumplir las leyes de inmigración, ha estado históricamente infradotada de fondos y ahora se enfrenta a un déficit de US$ 700 millones, lo que ha dado lugar a discusiones que incluyen la reducción del espacio de detención. Los centros de detención y los vuelos de deportación figuran entre las partidas presupuestarias más caras del ICE.