Tras el accidente de helicóptero en el que fallecieron cinco turistas españoles y el piloto en el río Hudson, diversas organizaciones sin ánimo de lucro y figuras políticas de Nueva York han solicitado la prohibición de los vuelos en helicóptero considerados no esenciales sobre la ciudad, que alcanzan un promedio de 80.000 trayectos al año.
La organización Stop the Chop denuncia que anualmente despegan unos 60.000 vuelos de este tipo desde la propia ciudad, y que si se suman aquellos que provienen del estado vecino de Nueva Jersey pero sobrevuelan Manhattan, el total asciende a unos 80.000 vuelos sobre el área metropolitana.
Melissa Elstein, presidenta del consejo directivo de la organización, señala que la cifra real podría ser incluso mayor, ya que no tienen acceso a los datos de los helipuertos privados. Los vuelos catalogados como no esenciales suelen ser turísticos o viajes privados entre Manhattan y destinos como los aeropuertos cercanos, The Hamptons o Atlantic City.
Elstein también resalta el crecimiento de este tipo de transporte gracias a la popularización de los llamados «taxis aéreos», como Blade, una plataforma que permite compartir vuelos en helicóptero, comparándola con un «Uber del aire».