Miles de personas salieron a las calles de Estambul tras la detención del alcalde Ekrem Imamoglu el jueves. Imamoglu, un destacado opositor, es visto como un rival importante del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Como respuesta, varias carreteras fueron cerradas, el acceso a algunas redes sociales fue limitado y las autoridades prohibieron las manifestaciones por cuatro días con el objetivo de detener las protestas.
A pesar de esta prohibición, numerosos manifestantes se reunieron frente a la sede de la Policía de Estambul, el Ayuntamiento y el edificio del Partido Republicano Popular (CHP), al que pertenece Imamoglu.
Un manifestante describió la detención como «ilegal» e «infundada», añadiendo: «Esto no es democracia. Es una simulación de democracia. La gente no merece esto. Estamos indignados, por supuesto. Como seres humanos, estamos horrorizados».
La Policía antidisturbios cerró las vías que llevan al Departamento de Seguridad de Vatan, donde Imamoglu fue llevado tras su arresto. Imamoglu es un líder opositor popular y el principal adversario de Erdogan. En total, 100 personas, incluyendo el alcalde y otras figuras públicas, fueron detenidas.