A pesar de estar aún en recuperación de una infección respiratoria, el papa Francisco apareció este domingo en el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para impartir la bendición Urbi et Orbi tras la misa del Domingo de Resurrección. Desde allí, saludó a los miles de fieles presentes y bendijo a varios bebés en el papamóvil.
Es importante señalar que el Papa no participó en las celebraciones de la Semana Santa debido a su convalecencia tras pasar 38 días hospitalizado por una neumonía bilateral, siendo dado de alta el 23 de marzo.
En esta ocasión, Francisco permaneció sentado en su silla de ruedas durante su aparición en el balcón de la Basílica y no usó las cánulas nasales para el oxígeno. Con un mensaje de «Buena Pascua», solicitó al maestro de ceremonias que leyera su mensaje de Pascua frente a las 35,000 personas que se habían reunido en la plaza de San Pedro para la misa, que fue presidida por el cardenal Angelo Comastri.
En su mensaje, el Papa rechazó la “carrera general al rearme” y exhortó a utilizar los recursos disponibles para ayudar a los necesitados, combatir el hambre y fomentar iniciativas para el desarrollo. Subrayó que “la paz tampoco es posible sin un verdadero desarme” y que el derecho de cada pueblo a defenderse no debería convertirse en una “carrera de rearme”.
Además, el Papa pidió un alto al fuego en Gaza, expresando su cercanía al sufrimiento de los cristianos en Palestina e Israel, y a los pueblos israelí y palestino. Espera que la paz sea posible, destacando que la Pascua de este año sería celebrada el mismo día por católicos y ortodoxos en la Iglesia de la Resurrección, en Jerusalén, simbolizando una luz de paz para toda Tierra Santa y el mundo.
El Papa también manifestó su preocupación por el creciente antisemitismo global y la difícil situación de la comunidad cristiana en Gaza, donde el conflicto sigue causando muertes, destrucción y una grave crisis humanitaria.