
La “calle que pasa frente al cabildo” o “la tercera avenida” son nombres con los que alguna vez se conoció a la avenida Cervantes, la mítica vía que pronto tendrá un nuevo rostro y que marcará la pauta de cómo tiene que ser el centro histórico de la capital de Honduras.
Con una inversión de 130 millones de lempiras, para ejecutar el proyecto en un plazo estimado de un año, la obra se ejecutará en un tramo de 1.3 kilómetros que inician desde puente San Rafael hasta la conexión con el paseo Marco Aurelio Soto.
Para mantener el vínculo histórico de la avenida que ha sido un referente de la modernidad desde la época de “Comité Cervantino”, según el historiador Edgar Soriano, la comuna apostó por una calle compartida entre peatones, bicicletas y un carril para vehículos.

Además, la transformación de la calle, que en algún momento fue epicentro de la cultura, incluirá la construcción de sistemas hidráulicos sanitarios (agua potable, aguas servidas y aguas pluviales), sistema eléctrico y de telecomunicaciones subterráneos y una franja táctil para que discapacitados puedan transitar sin peligro.
Asimismo, el documento base del proyecto anuncia pavimentos de concreto con secciones de adoquín y de piedra recuperada las que en parte estarán al mismo nivel que las aceras, incorporación de una ciclovía y un diseño urbano con balardos, señalización vertical, jardineras, basureros y parqueos para bicicletas.
La ejecución del proyecto lo realiza la empresa constructora Ingenieros Calona de Honduras (Incah) y la supervisión de la obra corresponde Asociación de Consultores en Ingeniería (ACI Honduras).