La opositora venezolana María Corina Machado alertó este martes al Congreso brasileño de una nueva ola migratoria y una mayor represión en Venezuela si el presidente Nicolás Maduro asume un nuevo mandato el próximo 10 de enero.
Machado, desde un lugar no precisado, y el abanderado de la oposición mayoritaria Edmundo González Urrutia, desde su exilio en Madrid, participaron por videoconferencia en una audiencia de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de Brasil, a la que pidieron apoyo para que se cumpla la «voluntad popular» en Venezuela.
Ambos insistieron en denunciar como fraudulentas las elecciones del pasado 28 de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) le atribuyó la victoria a Maduro frente a González Urrutia.
Ese resultado fue luego refrendado por el Tribunal Supremo, pero sin que hasta hoy se hayan publicado las actas del proceso, exigidas por buena parte de la comunidad internacional e, incluso, por el Gobierno brasileño.
Machado afirmó que quien debe asumir el próximo 10 de enero es González Urrutia, «que fue elegido presidente por el 67 % de los venezolanos» y logró una «victoria avasalladora», enfatizó.
No obstante, alertó de que si se impone lo que tildó de «fraude cometido por Maduro», aumentará la represión política y se acelerará la ola migratoria que en los últimos años ya ha llevado a unos ocho millones de venezolanos a abandonar el país.
«Si Maduro prolonga esa agonía, el número de venezolanos que salen se multiplicará por diez y será una tragedia para Venezuela y para toda la región», aseguró.
Machado y González Urrutia también instaron a Brasil a insistir ante las autoridades venezolanas para lograr un salvoconducto que permita la salida de los seis opositores alojados en la embajada argentina en Caracas desde marzo pasado.
Brasil asumió la protección de esa legación diplomática después de que los representantes del Gobierno de Javier Milei fueron expulsados, pero la autorización para esa custodia fue revocada un mes después por las autoridades venezolanas.
Desde entonces, Brasil aguarda que Argentina proponga a otro país para asumir la custodia, pero eso aún no ha ocurrido y mantiene su representación de los intereses argentinos en Venezuela.
Según González Urrutia, esos seis opositores «enfrentan una grave situación», pues la embajada argentina en Caracas ha sido «asediada» por la «policía política» venezolana, en una «clara violación» de las convenciones internacionales, aseguró.
También pidieron al Parlamento brasileño que «aumente la presión» para la liberación de las casi 2.000 personas detenidas tras las elecciones de julio pasado.
Machado denunció que, entre ellos, hay «198 niños y adolescentes, que han sido torturados», y cuyo «único delito fue salir a protestar pacíficamente después de las elecciones».
La líder opositora subrayó que la crisis venezolana «ya no es una cuestión de izquierdas o derechas», sino «un asunto de respeto a los derechos humanos y a la propia democracia».