Las autoridades de Lituania tienen razones fundadas para creer que la inteligencia militar rusa fue responsable de organizar y financiar el incendio intencionado en la tienda Ikea de Vilna en 2024, según lo señalado por el fiscal general del país báltico. El principal sospechoso del incidente habría colaborado con «servicios militares y de seguridad rusos» y recibido pagos como parte de un grupo terrorista que planeaba ataques tanto en Lituania como en Letonia, según la declaración realizada el lunes.
Se cree que el sospechoso colocó una mecha temporizada en la tienda el 9 de mayo del año pasado, que se activó durante la noche. Después de grabar el incendio y enviar las imágenes, intentó borrar sus huellas y huyó a Varsovia, donde recibió un BMW como recompensa por cumplir la misión.
El joven, que era menor de edad en el momento del ataque, había viajado varias veces a Polonia y Lituania para recopilar información y planificar el incendio. Fue detenido mientras se dirigía a llevar a cabo un atentado similar en Riga.
Las autoridades afirmaron que los datos obtenidos durante la investigación preliminar les permitían «suponer razonablemente» que el sospechoso actuaba en nombre de «estructuras militares y servicios de seguridad de la Federación Rusa» dentro de una organización terrorista previamente establecida.