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domingo, diciembre 15, 2024

Las fluctuaciones del colesterol en los adultos mayores se relacionan con mayor riesgo de demencia

ARCHIVO - Una enfermera trabaja
ARCHIVO – Una enfermera trabaja en el Centro de Salud El Nuevo San Juan en el distrito del Bronx, el 11 de enero de 2024, en Nueva York. (Eduardo Munoz Alvarez/AP)

Los adultos mayores cuyos niveles de colesterol fluctúan de año en año pueden enfrentarse a un mayor riesgo de demencia y deterioro cognitivo en comparación con aquellos cuyos niveles de colesterol permanecen más estables, según una nueva investigación.

El riesgo fue mayor entre las personas cuyo colesterol fue cada vez más inestable a medida que aumentaba, que entre aquellas cuyas fluctuaciones disminuyeron de forma estable, mostró el estudio. Los hallazgos se presentarán el domingo en la conferencia Scientific Sessions de la American Heart Association, en Chicago, y se consideran preliminares hasta que se publiquen los resultados completos en una revista evaluada por pares científicos.

Las conclusiones sugieren que «un deterioro o un aumento considerable en los niveles de colesterol en una persona de edad avanzada podría servir como señal de advertencia temprana de posibles problemas cognitivos y de primer estadio de demencia», dijo la Dra. Zhen Zhou, investigadora principal del estudio e investigadora en la Facultad de Salud Pública y Medicina Preventiva de Monash University, en Melbourne, Australia. «El monitoreo de los cambios en el colesterol a lo largo del tiempo en las personas de mayor edad podría ser útil para implementar estrategias preventivas específicas en una etapa temprana».

Sin embargo, los hallazgos no deben malinterpretarse para sugerir que las personas con niveles de colesterol excesivamente altos deben evitar reducir los mismos, dijo Zhou. «El deterioro de los niveles de colesterol es una forma bien establecida de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares».

El colesterol es una sustancia cerosa, como grasa, que se encuentra en la sangre y que es producida por el hígado, pero que también proviene de los alimentos, principalmente de productos animales como carne, huevo, queso y leche. Se mide como colesterol total y también por sus componentes: lipoproteína de baja densidad, o LDL, que se considera colesterol «malo» porque en cantidades excesivas causa placas en las arterias, y lipoproteínas de alta densidad, o HDL, considerado colesterol «bueno» porque ayuda a reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y derrame cerebral. Los triglicéridos son otro tipo de grasa que pueden contribuir a la acumulación de colesterol no saludable.

Además de su contribución a la enfermedad cardiovascular, se ha demostrado que tener colesterol alto aumenta el riesgo de demencia. En Estados Unidos, hay millones de adultos con niveles de colesterol fuera del rango saludable, que los estudios sugieren es de unos 150 miligramos por decilitro para el colesterol total y de 100 mg/dL o menos para el LDL. Se puede reducir llevando una dieta más saludable, estando físicamente más activo y tomando medicamentos, como las estatinas, según lo indique un profesional del cuidado de la salud.

En el estudio, los investigadores querían determinar si las fluctuaciones no intencionales en el colesterol de año en año estaban vinculadas a un deterioro cognitivo o un desarrollo de demencia más rápido que con niveles estables de colesterol.

El análisis usó datos para 9,846 adultos en Estados Unidos y Australia inscritos en el ensayo La aspirina en la reducción de eventos en las personas mayores, o ASPREE, que investigó si la aspirina de dosis baja podría ayudar a prevenir enfermedades relacionadas con la edad, como la demencia y la enfermedad cardíaca. El ensayo, que también midió los niveles de colesterol de los participantes, se extendió a un estudio observacional.

Se realizaron mediciones de colesterol total, LDL, HDL y triglicéridos al comienzo del estudio y en cada visita anual durante los tres primeros años del estudio. Las personas que comenzaron o descontinuaron medicamentos para la reducción de lípidos durante el período de medición del ensayo fueron excluidas del análisis. Los participantes tenían por lo menos 65 años de edad y no tenían historia previa de sucesos cardiovasculares, demencia o problemas cognitivos.

A los participantes se les dividió en cuatro grupos, según la magnitud de las fluctuaciones de su colesterol total y LDL durante el período de tres años. Después de más de cinco años de seguimiento, las personas con la mayor variación en el colesterol total tuvieron un 60% más de probabilidad de desarrollar demencia y un 23% más de probabilidad de mostrar deterioro cognitivo que aquellas con la menor variabilidad. Quienes tuvieron la mayor variabilidad en el colesterol LDL tuvieron 48% más de probabilidad de desarrollar demencia y 27% más de probabilidad de mostrar deterioro cognitivo que sus coetáneos con la menor variabilidad.

No se encontró relación entre el HDL o los triglicéridos con la demencia o el deterioro cognitivo. Tampoco hubo diferencia significativa entre las personas que usaron o no usaron medicamentos para la reducción de lípidos.

La Dra. Sudha Seshadri, directora fundadora del Instituto Glenn Biggs para Enfermedades de Alzheimer y Neurodegenerativas en UT Health San Antonio, señaló que el estudio observacional no pudo mostrar que las fluctuaciones en el colesterol causaron demencia, solo que ambas condiciones estaban relacionadas.

«Puede que no signifique que la fluctuación conduce a demencia», dijo ella. «Podría ser un marcador de algo diferente. Por ejemplo, ¿está captando inconsistencias en los comportamientos de estilo de vida y esos están ocurriendo porque una persona está comenzando a tener deterioro cognitivo? Necesitamos entender si esto es causal o indicativo de algo diferente».

En años recientes, se ha desarrollado un creciente interés entre los investigadores respecto al papel que las fluctuaciones de los factores de riesgo cardiovascular podrían jugar en la salud cardiaca y cerebral. Pero la mayoría de los estudios se han enfocado en la presión arterial, el ritmo cardiaco o la glucosa en la sangre, dijo Zhou.

Los estudios futuros, dijo Zhou, necesitan explorar cuáles son las causas de las fluctuaciones y si la demencia ya había comenzado a desarrollarse antes de los cambios en el colesterol o si fue un resultado de esos cambios. Ella también se pregunta si otras afecciones crónicas podrían estar desempeñando un papel.

«Una posible explicación es que las fluctuaciones considerables en los niveles de colesterol (total y LDL) pueden desestabilizar la placa ateroesclerótica, que está compuesta principalmente de colesterol LDL», dijo Zhou. Esta desestabilización de la placa en las arterias puede aumentar el riesgo de desarrollo de placa, ruptura y subsecuente obstrucción del flujo sanguíneo al cerebro, dijo ella.

Seshadri, quien no participó en la investigación, enfatizó que las personas con colesterol alto deben continuar dando pasos hacia su reducción.

«Cumple con los regímenes de reducción de lípidos recomendados por tu médico», dijo Seshadri. «No dejes de tomar las estatinas. Además, si comes bien durante una semana, no te des atracones las dos siguientes. La constancia es algo que los médicos recomiendan de todas formas, y ese podría ser el mensaje que se desprenda de esto».

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