
Un tribunal federal de apelaciones accedió el jueves por la tarde a la solicitud del estado de Texas, gobernado por el republicano Greg Abbott, para mantener su barrera de boyas antimigrantes en el río Bravo, ubicado en la frontera sur de Estados Unidos. Esta disposición flotante permanecerá en su lugar al menos hasta que se realice una revisión adicional, según la decisión de un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de EE.UU., con sede en Nueva Orleans, Luisiana.
Texas argumentó en su petición que la ley federal de 1899, que prohíbe las construcciones no autorizadas en vías navegables, entra en conflicto con su derecho constitucional a repeler una supuesta «invasión» de población migrante en la zona fronteriza y que la barrera les ha servido para «defenderse».
Esta decisión del tribunal de apelaciones contrasta con la tomada el miércoles por el magistrado David Ezra, del distrito oeste de Texas, quien indicó que el grupo de boyas, de 300 metros de longitud, obstaculizaba «la capacidad navegable» del río y ordenaba su retirada antes del 15 de septiembre.