
Las fuerzas de ultraderecha marcaron un notable ascenso en las elecciones al Parlamento Europeo, con especial fuerza en Países Bajos, Austria, Alemania y, sobre todo, Francia, donde la lista de Agrupación Nacional barrió a sus rivales y llevó a Emmanuel Macron a convocar elecciones legislativas anticipadas.
El partido de Marine Le Pen, con el joven Jordan Bordella como cabeza de lista, puede obtener, según las estimaciones, el 31,50 % de los votos, más del doble que la coalición liberal del partido de Emmanuel Macron, que se quedaría, de cumplirse las proyecciones, en un 15,20 %, casi en empate técnico con los socialdemócratas (14 %).
Más allá de Francia, el impulso de la extrema derecha se deja también notar en Alemania, por lo que eje franco-alemán que pilotó la Unión Europea desde su fundación dibuja un mapa político desconocido hasta ahora.
Los cristianodemócratas se sitúan como primera fuerza política, con el 30,30 % de los votos, según las estimaciones, pero la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD) se sitúa como segunda fuerza con un 16 %, superando a los socialistas (13,9 %) y a los ecologistas (11,9 %).