La tala indiscriminada en los bosques de Honduras, incluyendo áreas como Valle de Ángeles, es una preocupación creciente. Se ha denunciado que actividades ilegales, como la tala clandestina, expansión de cultivos y construcción sin control, están causando un daño ambiental significativo. Estas prácticas no solo afectan los ecosistemas locales, sino que también contribuyen al cambio climático y amenazan los recursos hídricos y la biodiversidad del país.
El gobierno de Honduras ha declarado una emergencia ambiental en los bosques y áreas protegidas, y ha iniciado medidas para contrarrestar estas actividades ilícitas. Estas incluyen investigaciones sobre organizaciones criminales que explotan los recursos naturales, la destrucción de maquinaria utilizada en la deforestación ilegal, y un mayor control en carreteras para detener el comercio de madera no autorizado. Además, se está fortaleciendo la legislación ambiental y ampliando los esfuerzos de reforestación y conservación en las zonas más afectadas【
En el caso específico de Valle de Ángeles, las denuncias locales destacan la falta de capacidad de las autoridades municipales para detener estas prácticas, a menudo relacionadas con permisos irregulares o incluso ilegales. La comunidad ha instado a una acción más decidida por parte de las autoridades y la población para proteger el entorno natural