Quince millones de personas participaron este domingo en Turquía en las elecciones para elegir al próximo candidato presidencial de la oposición, Ekrem Imamoglu, el popular alcalde de Estambul, con el objetivo de desafiar a Recep Tayyip Erdogan, quien ha estado en el poder desde 2002.
Desde temprano en la mañana, se registraron largas filas de más de un kilómetro y grandes concentraciones de votantes, especialmente en Estambul, donde Imamoglu es alcalde desde 2019.
Este proceso electoral, abierto tanto a los miembros de su partido, el socialdemócrata CHP, como al público en general, se convirtió en un masivo voto de protesta debido a los sucesos ocurridos en la última semana.
En solo cinco días, Imamoglu pasó de ser el alcalde popular de Estambul, una ciudad de 16 millones de habitantes, a ser arrestado, interrogado, suspendido de su cargo y encarcelado mientras espera juicio por cargos de corrupción.
También enfrenta acusaciones de terrorismo y se le ha revocado su título universitario, un requisito para postularse a la presidencia.
Desde prisión, el líder opositor envió su primer mensaje agradeciendo a los millones de ciudadanos, tanto de su partido como de fuera de él, que votaron en su apoyo.
Aunque las elecciones presidenciales no se celebrarán hasta dentro de tres años, el CHP organizó estas primarias ante la creciente presión de las autoridades sobre los partidos de la oposición.
El CHP cuenta con dos figuras populares: Ekrem Imamoglu, con un discurso inclusivo que apela a las masas, incluida la población kurda del país; y el alcalde de Ankara, Mansur Yavas, quien proviene de una corriente más nacionalista. Yavas retiró su candidatura presidencial antes de las elecciones y expresó su total apoyo a Imamoglu.