
La familia de un médico japonés de 26 años que se suicidó el año pasado tras trabajar más de 200 horas extraordinarias en un solo mes, pidió un cambio en un país que lleva mucho tiempo plagado de una cultura del exceso de trabajo.
Takashima Shingo trabajaba como médico residente en un hospital de la ciudad de Kobe cuando se quitó la vida el pasado mes de mayo, según la cadena pública NHK.
Según los abogados de la familia, Takashima había trabajado más de 207 horas extraordinarias en el mes anterior a su muerte, y no se había tomado ni un día libre en tres meses, informó la NHK.