El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó este miércoles las elecciones de medio mandato de “buen día para la democracia” después de que la votación se celebrara sin problemas.
“Nuestra democracia ha sido puesta a prueba en los últimos años, pero con sus votos el pueblo estadounidense ha hablado y demostrado una vez más que la democracia es lo que somos”, dijo.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca, Biden reconoció la frustración de los votantes, pero dijo que la “abrumadora mayoría” de los estadounidenses apoyaba su programa económico.
“Creo que fue un buen día para la democracia. Y creo que fue un buen día para Estados Unidos”, dijo Biden en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
“Mientras la prensa y los expertos predecían una gigantesca ola roja, no ocurrió”.
Además, Biden hizo un llamado a la unidad política y pidió el fin de la “guerra política interminable”. “Estoy preparado para trabajar con mis colegas republicanos”, dijo. “El futuro de Estados Unidos es demasiado prometedor para quedar atrapado en una guerra política interminable”, afirmó.
En tanto, el presidente norteamericano celebró que los Demócratas perdieron “menos escaños en la Cámara de Representantes en las primeras elecciones intermedias que cualquier presidente demócrata en los últimos 40 años y tuvimos los mejores resultados para gobernadores desde 1986″
Biden también confirmó que tiene la “intención de presentarse de nuevo” para un segundo mandato, pero que lo decidirá con seguridad “a principios del año que viene”.
“Nuestra intención es volver a presentarnos”, afirmó horas después de las elecciones de medio mandato en las que su Partido Demócrata registró un resultado mejor que el previsto. “Esa ha sido nuestra intención, independientemente del resultado de estas elecciones”. “Lo valoraremos a principios del año que viene”, agregó.
Con el escrutinio ya bastante avanzado, aún no se sabe qué formación controlará la Cámara Baja y el Senado, ahora en manos demócratas.
Una de las pocas certezas que han dejado las elecciones es que no hubo una “ola roja” republicana, tal y como apuntaban varias encuestas y analistas que hablaban de la posibilidad de que los conservadores se impusieran por amplios márgenes a los demócratas, tanto en el Senado como especialmente en la Cámara de Representantes.