Tegucigalpa – La Iglesia Católica de Honduras guarda silencio este Sábado Santo en espera de la “madre” de todas las vigilias.

– La Vigilia Pascual se realiza en la noche del Sábado Santo durante la víspera del Domingo de Resurrección o Pascua.

Así lo señaló a Proceso Digital el párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Visitación, sacerdote Carlos Rubio, quien explicó que una vez cumplido el segundo día del Triduo Pascual se procede al silencio y a la reflexión.

Este día se puede dividir en dos tiempos, inicialmente se destina al silencio y reflexión, por la muerte de Jesús, pero al caer la noche, previo al alba del domingo, se transforma en la madre de todas las vigilias denominada la Vigilia Pascual, explicó.

La Iglesia nos invita a estar en vigilia y es la madre de las vigilias porque se recibe con gozo la resurrección de Cristo, exclamó.

La vigilia tiene cuatro partes litúrgicas: La bendición del fuego para el Cirio Pascual que simboliza a Cristo luz del mundo. Se hace una fogata y se signa el Cirio Pascual.

El Pregón Pascual: es un cántico que canta la gloria de Dios, se puede hacer recitado o cantado.

La liturgia de la Palabra: esta cuenta con siete lecturas que corresponde al antiguo testamento narrando toda la historia de la salvación desde el Génesis, pasando por los profetas hasta llegar al anuncio del mesías.

La renovación bautismal: en este tiempo se realizan los bautismos de niños y la renovación del sacramento para los adultos.

Con la Vigilia Pascual se da por concluido el Triduo Pascual, el cual es la preparación para el Domingo de Resurrección, fiesta que se celebra en cada Eucarística después de este día.

La celebración de la Vigilia Pascual en la noche del Sábado Santo, es la más importante de todas las celebraciones cristianas, porque conmemora la resurrección de Jesús, Hijo de Dios. 

La Vigilia, que significa pasar “una noche en vela”, cobra un sentido especial en la víspera pascual porque recuerda el pasaje bíblico (Mc 16:01) en el que un grupo de mujeres llegan al sepulcro para terminar de embalsamar a Jesús, pero no encuentran su cuerpo. Luego, un ángel se aparece y les dice: “¿Buscan a Jesús el Nazareno? No está aquí. Ha resucitado. Decidles a sus discípulos que vayan a Galilea y allí lo verán” (Mt 28, 6).

Cabe señalar que durante el tiempo de Cuaresma no se cantó ni el Gloria ni el Aleluya durante la celebración eucarística, pero hoy se rompe ese ayuno y se vuelven a entonar estos cánticos de alegría.

Es la noche de la verdadera liberación, en la cual “rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo”, según el mensaje de la Iglesia Católica.