La Conferencia Episcopal de Honduras (C.E.H.), realizó este jueves un pronunciamiento sobre la realidad nacional en el que rechaza las medidas populistas, así como las dádivas que se promueven en el país, exhorta a que haya justicia y se instale la Comisión Internacional Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH).
“Queridos hermanos, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras, les expresamos a cada uno de ustedes, a sus familias y comunidades, nuestros mejores deseos de paz, gozo y felicidad, en la celebración de la Natividad del Salvador”, inicia diciendo el documento al que dio lectura su portavoz, el padre Juan Ángel López.
Los obispos hondureños señalan que este acontecimiento es la disposición interiormente para reconocer en el Niño que nace en Belén a Cristo, Luz del Mundo y Sol de justicia: “Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida”, (Juan 8, 12).
El mundo, en cuanta realidad sometida al pecado, alejada de Dios y cerrada a la trascendencia, queda simbolizado en la imagen de la noche oscura. Es precisamente en esta noche cuando la luz divina resplandeció para toda la humanidad, y los ángeles anunciaron a los pastores la buena noticia: “hoy les ha nacido un Salvador”, (Lucas 2, 11).
Asimismo, indica que ante mencionado Misterio, los pobres, los humildes, los que buscan y esperan un mundo mejor, se admiran y alegran, porque ha brillado para ellos la esperanza y “se ha manifestado la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres”, (Tito 3, 4). ¡Ésta es la buena noticia que se actualiza en Navidad!
Y añade que animados por la fe, los invitamos a acoger y vivir esta buena noticia, de manera que les ensanche la mirada hacia el horizonte de una paz estable y verdadera, de una comunión fraterna, sobre la base del amor y de un compromiso por el cuidado y el respeto a la vida.
La Iglesia dice que en el contexto actual, después de lo vivido con la Pandemia, y en un ambiente previo a la Navidad, se aprecia en la población hondureña el crecimiento de un clima de reactivación de las relaciones interpersonales, familiares, económicas, laborales y culturales.
Pero también en el quehacer político –dice el escrito-, se elevan las tensiones por la discusión del presupuesto del Estado, de los conflictos no resueltos en salud, educación, transporte, seguridad ciudadana y en todo aquello que el pueblo espera soluciones cuanto antes, para que se garantice motivos reales de esperanza.
“La población, consciente de lo que Honduras necesita, no quiere premios ni dádivas populistas. Quiere justicia que garantice sus derechos, como la instalación de la CICIH, que venga a responder al reclamo de una lucha seria y frontal contra la corrupción e impunidad. Quiere que la migración sea el ejercicio de un derecho humano, sin riesgo de perder la vida, que fue lo que obligó a José y a María a dejar su patria, para proteger la vida de Jesús”, cita el escrito.