‘Humphrey’ llegó a la vida de Els en 2005, pero se desconoce la historia real debido a que existen dos versiones, la primera es que Als lo compró, la segunda es que lo rescató de un río que estaba desbordado.

Marius llevó al pequeño animal de 5 meses a su finca de 160 hectáreas en Klerksdorp, Matlosana, Sudáfrica, donde también tenía otras mascotas exóticas como jirafas, antílopes y rinocerontes.

«Humphrey es como un hijo para mí, es como un humano. Hay una relación entre Humphrey y yo y eso es lo que algunas personas no entienden», dijo en 2011 el hombre, quien se dejó fotografiar junto a su mascota.

Muerte de Marius Els

Un sábado de noviembre de ese mismo año la tragedia ocurrió; Humphrey se abalanzó contra su «amo» y lo mordió en reiteradas ocasiones hasta la muerte (la mandíbula de un hipopótamo puede superar las 1,800 libras de presión, casi el doble que un tigre Bengala).

El cuerpo del hombre fue encontrado multilado horas después por paramédicos en la laguna artificial que había creado para su hipopótamo mascota.

Su historia sigue siendo recordada hasta la fecha como una advertencia para las personas que quieran tener este tipo de animales en sus hogares, en vez de dejarlos en su hábitat natural.