El ambiente político en Guatemala sigue en un estado de tensión permanente meses después de la inesperada victoria electoral del socialdemócrata Bernardo Arévalo en agosto.
El motivo es el descontento popular por el embate judicial de la Fiscalía y los jueces contra el Movimiento Semilla y el propio mandatario electo, que se prepara para asumir el cargo el próximo 14 de enero, en medio de una tormenta política.
El último giro de esta trama se dio el pasado jueves, cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmó la suspensión del partido de Arévalo, a pedido del juez penal Freddy Orellana, que investiga supuestas «anomalías en el proceso de creación» de esa agrupación política hace cinco años.