
Los expertos jurídicos afirman que este tipo de demoliciones son ilegales, según el derecho internacional humanitario. Entretanto, los afectados, han perdido la esperanza en el sistema legal.
Desde los ataques de Hamás, el pasado 7 de octubre, y la ofensiva militar israelí sobre Gaza, los palestinos de Cisjordania y Jerusalén Este han sido blanco de aparentes represalias. El ministro de Seguridad, Itamar ben Gvir, anunció la compra de 10 000 fusiles para colonos judíos. Entretanto, unos 200 palestinos han sido asesinados en Cisjordania.
En Jerusalén Este, la vida está aún más amenazada que de costumbre. Fahkri Abu Diab es un jerosolimitano de Silwan. Ha vivido en la casa familiar durante sus 73 años de vida. Antes, la habitaron sus padres. La semana pasada recibió una notificación de las autoridades, en hebreo, indicándole que su casa iba a ser demolida.