
El papa Francisco celebró hoy una misa en el estadio Velódromo de Marsella, en el sur de Francia, ante unas 50.000 personas y a la que asistió el presidente francés, Emmanuele Macron, en el último acto de su visita de poco más de 24 horas a esta ciudad.
Francisco llegó este viernes a la ciudad portuaria para participar en los Encuentros Mediterráneos, un evento en el que se han dado cita 60 obispos y jóvenes de países de la cuenca mediterránea, pero la Iglesia local había insistido para que Francisco celebrase misa en este país, altamente secularizado, por lo que finalmente se añadió un día a la visita.
El papa se dirigió en papamóvil al estadio entre el entusiasmo de los marselleses que se echaron a las calles a recibirlo y, según las autoridades locales citadas por el Vaticano, fueron cerca de 100.000 personas las que esperaron el paso del pontífice argentino recorriendo la avenida que llevaba al lugar de la misa.
Al evento religioso, celebrado en el estadio del equipo de fútbol del Olympique de Marsella, asistió Macron, lo que le valió algunas críticas y la presidencia tuvo que precisar que “no se violaban los principios de laicidad de la República”, en un momento además en el que el Gobierno acaba de prohibir las abayas en las escuelas públicas por tratarse de un signo religioso que identifica a las mujeres musulmanas.