
El Barcelona ha disminuido en Palma la velocidad de crucero que llevaba en la Liga con cinco victorias seguidas y se ha tenido que conformar con el segundo empate (2-2) de la temporada -el primero fue en Getafe- ante un Mallorca que suma un punto valioso en Son Moix, teniendo en cuenta que lo ha conquistado ante el líder invicto del campeonato.
El equipo del mexicano Javier Aguirre sigue sin celebrar un triunfo en su campo, pero al menos, mejoró ante los ojos de su afición exhibiendo ímpetu y garra ante un poderoso rival.
Fue un monólogo del conjunto catalán durante muchas fases del choque. Pero de eso ya estaba advertido su técnico Xavi Hernández. Tocaba remar, madurar el choque hasta asestar el golpe definitivo. No hubo premio porque los bermellones se aplicaron en defensa y resistieron el acoso.
Tiene mérito las tablas ante el Barça, el equipo más resolutivo en ataque con 18 goles a favor en las siete jornadas disputadas.