El general Roosevelt Hernández, máximo responsable del Estado Mayor Conjunto, explicó la razón detrás de la decisión de retirar las armas reglamentarias a los oficiales de las promociones 28, 29 y 30 de las Fuerzas Armadas de Honduras, señalando que esta es una medida administrativa causada por la insuficiencia de armamento disponible.
Comentó que el aumento en la cantidad de oficiales graduados en los últimos años ha generado una mayor demanda de armas, lo que ha obligado a redistribuir los recursos. Anteriormente, cuando salían de la academia, la Fuerza Aérea graduaba entre 15 y 20 oficiales, la Academia Militar de Honduras entre 35 y 40, y no había problemas con la entrega de armas.

Sin embargo, en la actualidad, la Fuerza Aérea graduó hasta 80 oficiales, su institución más de 100, y la Fuerza Naval entre 40 y 50, lo que ha incrementado la demanda y ha dejado insuficientes los recursos.
Hernández indicó que los oficiales en roles administrativos que no requieren de armamento han sido instruidos a entregar sus armas a aquellos oficiales que desempeñan funciones operativas.
La medida ha generado críticas y especulaciones, con algunos sectores sugiriendo que el retiro de armas podría ser una respuesta a un posible temor dentro de la alta cúpula militar ante una posible rebelión de oficiales subalternos.
También se cuestiona que esta decisión se suma a otras controversias relacionadas con Hernández, como su postura hacia los medios de comunicación.
Sin embargo, el general Hernández rechazó estas acusaciones y reiteró que la decisión responde únicamente a una falta de recursos.