Un guardia de seguridad, de 37 años, originario y residente en el barrio Los Profesores de Comayagüela, Francisco Morazán había fingido su secuestro para obtener 200 mil lempiras de sus familiares para saldar deudas.
La familia de la supuesta víctima, interpusieron una denuncia ante las autoridades de la DPI informando sobre el supuesto hecho, por lo que, los agentes procedieron con las investigaciones correspondientes; sin embargo, a medida que el caso avanzaba, los entes policiales comenzaron a notar inconsistencias en la versión proporcionada y evidencias que contradecían la vialidad de un verdadero secuestro.
A raíz de las exhaustivas labores investigativas realizadas por los especialistas en el caso, se pudo determinar que se trataba de simulación de infracción inexistente, logrando ubicar al sujeto en la colonia La Joya de la capital, quien se encontraba oculto en su afán de lograr su propósito de recolectar la suma de dinero.
Sin embargo, mediante pruebas técnicas y científicas, los agentes policiales lograron verificar que no se trataba de un secuestro, ya que el mismo era quien realizaba las exigencias económicas a su familia y al ser consultado manifestó, que lo hacía para poder saldar el pago de una motocicleta y otras deudas que tenía al pendiente.