
La adicción puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, género o estatus social. Desarrollar la dependencia hacia una sustancia, bebida e incluso actividades es un proceso que se desarrolla con el tiempo.
“En muchas ocasiones, las personas no son conscientes de su adicción hasta que ya se ha vuelto demasiado difícil de controlar. Por eso es importante prestar atención y reconocer las señales de advertencia tempranas”, señaló a El Diario el psiquiatra venezolano Edwin Moros.
Las adicciones más comunes son hacia el alcohol y las drogas; no obstante, hay otras menos conocidas, como al juego o la tecnología. Todas tienen el potencial de afectar negativamente la salud física, mental, emocional y las relaciones personales de las personas afectadas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 11 millones de personas mueren anualmente en el mundo debido a enfermedades relacionadas con las adicciones.
“La gravedad de una adicción se puede medir por su capacidad para controlar la vida de una persona. Cuando el paciente se encuentra atrapado en el ciclo vicioso, a menudo pierde el control sobre sus pensamientos, acciones y decisiones. La dependencia se convierte en una prioridad sobre todo lo demás, incluyendo responsabilidades familiares, laborales y personales”, explicó el especialista.