
Lucy Letby, la enferma británica declarada culpable del asesinato de siete bebés recién nacidos, fue condenada este lunes a cadena perpetua por el Tribunal de la Corona de Manchester, informan medios locales.
Letby, de 33 años, se negó a asistir a la corte para su sentencia, que incluye además cargos por el intento de asesinato de otros seis niños.
El juez James Goss determinó que había demostrado «premeditación, cálculo y astucia» en sus acciones, consideradas de una «profunda malevolencia, que bordeaba el sadismo».

«Durante el curso de este juicio, ha negado fríamente cualquier responsabilidad por su mala conducta. No tiene remordimiento. No hay factores atenuantes», agregó.
Si bien Letby se negó a comparecer ante el tribunal y a enfrentarse a las víctimas de sus crímenes, en la sala fueron leídas en voz alta una serie de declaraciones de las familias afectadas.
Al pronunciar la sentencia, Goss dijo que haría sus comentarios como si la asesina en serie estuviera presente.

Las pruebas indicaron que la mujer mató deliberadamente a sus víctimas recién nacidas inyectándoles insulina o incluso aire, mientras que a bebés que habían nacido prematuros los asesinó sobrealimentándolos con leche, conducta que repitió hasta que fue arrestada finalmente en 2018.