
El viejo truco usado por delincuentes o asaltantes que operaban en los años 80 y 90s, de dormir a la gente con “lociones del amor”, para saquear las casas, esa artimaña criminal se ha reactivado, según denuncias de decenas de capitalinos.
La “burundanga” o escopolamina es administrada en muchos casos en bebidas dentro de fiestas, aunque también se da en muestras de perfume, o en dulces en la calle.
El objetivo: ‘dormir’ a esas personas para posteriormente” llevar a cabo ilícitos, robos y cometer abuso sexual”.
Actualmente, según denuncias ciudadanas a este rotativo, una banda de delincuentes utiliza esa droga con presentación de perfume, porque es una de las atracciones irresistibles para hombres y mujeres.
Principalmente, damas que fueron víctima del asalto, el aroma de aquella fragancia le deja un “trago amargo” de ese trágico día.