Miles de hondureños participan cada año en las Carreritas de San Juan, una tradición profundamente enraizada en la cultura del país.
Este evento congrega a personas de todas las edades —niños, jóvenes y adultos— en carreras simbólicas que parten desde iglesias o imágenes del santo hacia destinos previamente designados.
Más allá del ejercicio físico, estas carreras representan actos de devoción, promesas o agradecimientos dirigidos a San Juan. Muchos participantes corren descalzos o vestidos de blanco como parte de un compromiso personal.
En especial en zonas rurales, donde la figura de San Juan goza de gran respeto, esta celebración se ha convertido en una emotiva forma de expresar fe y pedir bendiciones.
Las Carreritas de San Juan reflejan cómo las tradiciones espirituales siguen presentes entre las nuevas generaciones, transmitiéndose con entusiasmo y fervor.
Desde hace décadas, esta costumbre ha sido un emblema de fe e identidad para numerosas comunidades hondureñas.