
Hoy, El Salvador muestra una imagen diferente al mundo.
Un país donde alguna vez la criminalidad fue la más alta de Centroamérica, ahora luce como una medalla una baja tasa de homicidios, que dicen es la más baja de la historia.
Su presidente de mano dura, Nayib Bukele, es muy popular como uno de los principales líderes de la región, pero detrás de él analistas y observadores internacionales condenan las violaciones sistemáticas de los derechos humanos.
Cuando Bukele se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2023, le dijo al mundo que por primera vez en poco más de 200 años de historia, su país estaba dando los primeros pasos hacia sus sueños de grandeza. “En muy poco tiempo”, dijo, “literalmente del país más peligroso del mundo al país más seguro de América Latina”.
