El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, expresó este lunes en la Casa Blanca su disposición a colaborar con Estados Unidos en temas de seguridad.
Durante su encuentro con el mandatario estadounidense, Donald Trump, Bukele afirmó que aunque su país es pequeño, está dispuesto a brindar apoyo frente a los desafíos que enfrenta EE.UU. en materia de crimen y terrorismo.
«Estamos listos para ayudar. Sabemos que enfrentan problemas relacionados con el crimen y el terrorismo, y necesitan apoyo. Si podemos contribuir, lo haremos», declaró Bukele, quien también manifestó sentirse honrado de estar en el Despacho Oval junto al «presidente y líder del mundo libre».
Ambos mandatarios se reunieron con el objetivo de fortalecer los acuerdos migratorios entre sus gobiernos. Este encuentro ocurre en el contexto de un acuerdo mediante el cual El Salvador aceptó recibir migrantes expulsados de Estados Unidos, reteniéndolos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), a cambio de un pago de hasta seis millones de dólares anuales por parte del gobierno estadounidense.
Hasta el momento, EE.UU. ha transferido al CECOT a 232 migrantes —principalmente venezolanos— acusados de pertenecer a la organización criminal Tren de Aragua. Trump agradeció a Bukele por aceptar a estos migrantes expulsados.
Sin embargo, el presidente salvadoreño se negó a devolver a Estados Unidos al salvadoreño Kilmar Ábrego García, quien fue deportado pese a contar con una orden judicial que impedía su expulsión. Aunque el Tribunal Supremo estadounidense ordenó su regreso, Bukele se negó, argumentando que el individuo es un «terrorista».
Además, Bukele destacó que San Salvador ya no es considerada la «capital mundial del asesinato» y que El Salvador, según su criterio, se ha convertido en el país más seguro de América Latina. «Algunos dicen que encarcelamos a miles, pero yo prefiero decir que hemos liberado a millones», concluyó.