
El Estadio Olímpico Lluís vivió su primera remontada mágica del Barcelona (3-2), que en ocho minutos, entre el 81 y el 89, aguó la fiesta del Celta, que hasta los goles de Robert Lewandowski, en dos ocasiones, y Joao Cancelo, había domado el encuentro.
La furia del campeón, y ahora líder provisional a la espera del resultado del derbi madrileño de este domingo, acabó con las esperanzas del equipo gallego, que se avanzó gracias a las dianas de Jorgen Strand Larsen, en el primer tiempo, y del griego Anastasios Douvikasa a la contra en el minuto 76.
Llegaba el Barça de dos 5-0 consecutivos en Montjuïc y esperaba alargar las buenas sensaciones ante un rival que había sumado cuatro puntos en las cinco primeras jornadas y que, tras la derrota, sigue sin salir de la zona baja.
El Celta tenía un plan y lo ejecutó a las mil maravillas hasta el despertar tardío de su rival. Rafa Benítez ahogó el talento azulgrana con su defensa de cinco zagueros y un bloque bajo. Cortocircuitó el equipo gallego por dentro tanto a los centrocampistas como a los delanteros locales, que a medida que avanzaba el partido fueron impacientándose.