
Richard A. Cohen, es el creador de este libro «infantil», llamado Alfie’s Home, Cohen es un “expsicoterapeuta” (fue expulsado del colegio de psicoterapeutas) estadounidense que da conferencias y charlas para convencer y ayudar a las personas homosexuales y bisexuales a cambiar de orientación sexual, ya que él mismo era homosexual y se sometió a terapias que le ayudaron “a abandonar su tendencia homosexual y a emprender una transición hacia la heterosexualidad”.

El libro empieza así:
“Todo el mundo cree que somos muy felices, pero no lo soy. Mi padre está siempre trabajando… y cuando está en casa grita mucho. Eso me hace daño”.

“Mamá a veces llora porque no sabe qué hacer. Luego me sostiene en brazos y me habla acerca de su infelicidad y sus problemas. Eso me hace sentirme muy incómodo y extraño. Desearía que mi padre pudiera pasar más tiempo conmigo en vez de gritar.”

“Mi tío Pete a veces se acerca a casa. Vive con nosotros de vez en cuando. Es muy amable conmigo – me abraza, me escucha y me hace sentir querido. Una noche, cuando me abrazaba, empezó a tocarme mis partes privadas. Conforme pasaba el tiempo, me enseñó a tocar y jugar con las suyas. Era muy extraño, asustaba pero me hacía sentir algo bien. Él me dijo que estaba bien, que eso significaba que él realmente me quería. Continuó durante muchos meses. Me dijo ‘este será nuestro secreto especial’”

“Mamá y Papá solían discutir. Pensé que no me querían. ¿Quizá discutían por mi culpa? Cuando llegué a la adolescencia, me empecé a sentir muy diferente de los otros chicos. Algunos de ellos me llamaban ‘mariquita’, ‘homo’, ‘gay’, ‘marica’. Yo no sabía qué querían decir.”

“Al poco tiempo, fui a un terapeuta para pedirle ayuda y consejo. Le conté mi historia y por qué creía que era gay. Él dijo que no era gay, sino que echaba de menos el amor de mi padre y que mi tío me había enseñado cosas malas.”

“Él dijo que estuvo muy mal lo que me hizo mi tío. Él nunca debería haberme tocado mis partes privadas ni hacerme jugar con las suyas. El terapeuta dijo que no era mi culpa, que mi tío se había aprovechado de mi carencia de amor paternal. Me explicó que el hecho de no haber experimentado afección con mi padre explica que ahora buscara proximidad con otros chicos, para suplir la necesidad de amor paternal”

“Me sentí muy aliviado. Me dijo que hablaría con mis padres y les ayudaría a entenderlo. También me dijo que contactaría con mi tío Pete para asegurarse de que recibiera ayuda. El terapeuta le explicó a mi Mamá y mi Papá acerca de mi lucha y mi necesidad de amor parental. Les explicó mi confusión acerca de ser gay. Le dijo a mi Papá que yo necesitaba su TIEMPO, su CARIÑO y HABLAR.”

“Mamá y Papá fueron al terapeuta para que les ayudara a quererse más el uno al otro. Incluso pararon de discutir… bueno, ¡al menos la mayor parte del tiempo! Mi terapeuta y yo hablamos con mi tío Pete. Le dije cuánto me había herido. Él lloró y me pidió que le perdonara. Eso me ayudó mucho”.

“Ahora me doy cuenta de que no soy gay. Pasar tiempo con mi Papá ha sanado de verdad mi corazón. Todo lo que yo necesitaba era tiempo, cariño y conversación. Por fin soy feliz en casa.”