
Los agricultores de por lo menos diez países del Viejo Continente están organizando protestas, con el objetivo de exigir cambios en las políticas nacionales y europeas vinculadas al sector.
Los motivos: el encarecimiento de su actividad económica, el aumento de las importaciones de productos desde países extracomunitarios, la “excesiva” burocracia y ciertas medidas vinculadas a la Política Agraria Común (PAC) y a la transición ecológica. En esta línea, la Unión Europea (UE) y los Gobiernos nacionales buscan alternativas para conciliar con los trabajadores y empresarios del campo, cuya insatisfacción está siendo capitalizada por los partidos extremistas y ultranacionalistas.
Los agricultores ya se han manifestado en ciudades como Berlín, París, Barcelona y Roma, bloqueando las carreteras y dificultando la entrada y salida de vehículos por las principales carreteras. En el territorio español, particularmente, se han registrado movilizaciones en al menos 10 comunidades autónomas. A modo de respuesta, Bruselas ha accedido a posponer algunas de las medidas ambientales (entre ellas, la de reducir el uso de pesticidas en un 50%), que según los agricultores les iban a perjudicar.