El día en que Sheynnis Palacios se consagró Miss Universo, Jared Ramírez decidió tomar una bandera de Nicaragua que tenía en su domicilio y salir a la calle para celebrar el histórico triunfo de la primera mujer del país en alcanzar dicho título. Jamás imaginó que esa noche terminaría en prisión y que su estancia en la cárcel se extendería por más de nueve meses.
Ramírez, de 35 años, comenta a BBC Mundo desde Ciudad de Guatemala que no consideraba su acto como una celebración de carácter político. Explica que, al portar la bandera —con el escudo invertido y una leyenda que decía «No más dictadura»—, su intención era únicamente conmemorar el logro de Palacios. No obstante, la bandera, dada su simbología, fue vista como una manifestación de oposición al gobierno de Daniel Ortega. Fue detenido bajo cargos de «robo agravado y portación ilegal de armas».
La liberación de Ramírez, junto con la de otros 134 prisioneros, se produjo gracias a un acuerdo humanitario entre Nicaragua, Guatemala y Estados Unidos. Esta liberación se realizó tras una mediación de Estados Unidos. No obstante, la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua, vinculada al gobierno de Ortega, emitió un comunicado en el que despojaba a estos 135 presos políticos de su nacionalidad y confiscaba sus bienes, argumentando que estos individuos habían fomentado «violencia, odio, terrorismo y desestabilización económica».