El sureste de Estados Unidos está intensificando sus preparativos para la llegada inminente del huracán Francine, que se espera toque tierra en Luisiana el miércoles. Las autoridades han ordenado evacuaciones en las zonas costeras debido a la tormenta, que se espera se convierta en un huracán categoría 2. Luisiana ha sido declarada en estado de emergencia para gestionar la distribución de recursos y asistencia a los afectados.
Francine, con vientos actuales de 100 km/h (65 mph), traerá vientos intensos y una marejada ciclónica significativa. La alcaldesa de East Baton Rouge, Sharon Weston Broome, ha declarado una emergencia por desastre y cerrado escuelas y oficinas locales. Se recomienda a los residentes preparar reservas de alimentos y suministros para al menos 72 horas en caso de pérdida de electricidad.
El Centro Nacional de Huracanes advierte que algunas áreas podrían recibir hasta 30 cm (12 pulgadas) de lluvia, lo que podría causar graves inundaciones. La marejada ciclónica podría elevar el nivel del mar hasta 3 metros (10 pies) sobre lo normal, afectando zonas costeras de Luisiana y Texas. Misisipi también está en alerta por lluvias y vientos fuertes.
La empresa Shell ha evacuado a su personal no esencial de las plataformas petroleras en el mar, y se están preparando refugios en la región. Francine sería el cuarto huracán de la temporada, que se espera sea especialmente activa, con hasta 25 tormentas y 13 huracanes pronosticados.
